Después de la legalización del aborto, la iglesia Argentina busca un nuevo camino

Por: Eduardo Campos Lima

Imagen tomada del texto original (CNS/Reuters/Matias Baglietto)

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La reciente legalización del aborto en Argentina ha sido considerada una derrota significativa de la Iglesia Católica por su falta de influencia local, que se produce 10 años después de que sus líderes también fracasaran en sus esfuerzos por detener la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo.

Ese sentimiento de derrota fue agravado por el papel significativo que desempeñaron las mujeres Católicas en la campaña por la legalización del aborto, quienes compartieron sus experiencias personales sobre procedimientos clandestinos peligrosos y su deseo de tomar sus propias decisiones.

Los miembros de la jerarquía Católica parecían tener claro que estaban luchando contra una causa perdida, según Fortunato Mallimaci, sociólogo de la Universidad de Buenos Aires.

"Sólo repitieron los mismos argumentos reaccionarios que presentaron durante la época en la que se aprobó el el divorcio [en 1987] y el matrimonio entre personas del mismo sexo [en 2010]," Mallimaci dijo a NCR (National Catholic Reporter). "La iglesia sabía que la disputa ya había sido decidida.”

El Presidente Alberto Fernández sancionó la Ley de Aborto en Argentina el 14 de enero, después de ser aprobada por el Congreso Nacional en diciembre. La Ley permite a las mujeres acceder al aborto hasta la semana 14 de embarazo. 

Antes de la aprobación de la nueva ley, a las mujeres de todo el país sólo se les permitía abortar en caso de un embarazo peligroso o si el embarazo era el resultado de una violación o una agresión sexual.

Un esfuerzo anterior en el 2018 para legalizar el aborto había sido aprobado en la Cámara de Diputados de Argentina, pero fracasó en el Senado. Más de un millón de mujeres se habían reunido en la capital de Buenos Aires en ese momento, exigiendo la legalización. Muchas llevaban pañoletas verdes, lo cual se reconoce ahora como un símbolo de la lucha por el aborto.

Aunque el movimiento pro-vida fue liderado principalmente por protestantes evangélicos y grupos políticos de derecha, la Iglesia Católica fue vista como una importante opositora del aborto, dada su postura histórica sobre el tema.

Fortunato Mallimaci / Imagen tomada del texto original

Fortunato Mallimaci / Imagen tomada del texto original

“Pero los Católicos sólo organizaron una pequeña marcha unos días antes de la decisión, junto con pastores evangélicos conservadores'', dijo Mallimaci. "También pidieron un ayuno antiaborto, pero tuvo una respuesta insignificante."

Mallimaci, que también es investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (conocido como CONICET en Argentina), fue uno de los autores de una encuesta en 2020 sobre la opinión de la población Argentina en relación con la legalización del aborto.

El estudio mostró que el 27,3% de las personas creía que las mujeres siempre debían tener derecho a interrumpir voluntariamente su embarazo cuando así lo decidieran. Otro 51,8% respondió que el aborto debe permitirse bajo ciertas circunstancias (en caso de violación o si la salud de la mujer está en peligro, por ejemplo). 

Entre las personas Católicas, las cifras no cambiaron mucho: el 22% respondió que el aborto debería ser legal para todas las mujeres, y el 57,7% dijo que debería ser legal bajo ciertas circunstancias.

"La mayoría de los católicos tienen su propio conjunto de creencias'', dijo Mallimaci. "No frecuentan una parroquia y no escuchan a un sacerdote o a un obispo."

Es por eso que una parte considerable de las mujeres que llevaban pañoletas verdes eran Católicas, dijo Mallimaci. En los últimos años, dijo, quienes lideran el movimiento pro-aborto aprendieron a dialogar con mujeres de fe y mujeres de clase trabajadora.

Maria Teresa Bosio / Imagen tomada del texto original

Maria Teresa Bosio / Imagen tomada del texto original

Maria Teresa Bosio, presidenta de Católicas por el Derecho a Decidir en Argentina —un movimiento de mujeres católicas pro-aborto — dijo que las divisiones entre la jerarquía Católica y las personas laicas han dado lugar a un sentido de espiritualidad más individualista en los últimos 40 años, incluso entre las mujeres empobrecidas de clase trabajadora. “Hemos visto en estudios académicos casos de mujeres pobres que oran y le piden ayuda a la Virgen antes de someterse a un procedimiento de aborto," ella dijo a NCR. "Esto sugiere que hay toda una dimensión de la espiritualidad Católica popular que no está mediada por la iglesia oficial."

Esas ideas han sido refutadas por voces Católicas reconocidas que participaron del debate público. Fray José María "Pepe" Di Paola fue uno de ellos. Uno de los “curas de barrio” más conocidos, quien argumentó que la gente de clase trabajadora no está interesada en el aborto.

“En los barrios, muchas personas han perdido sus fuentes de ingresos durante la pandemia'', dijo Di Paola, cuyo movimiento de sacerdotes que viven y trabajan en barrios empobrecidos, fue muy apoyado por el Papa Francisco cuando era el cardenal y arzobispo Jorge Bergoglio de Buenos Aires. "La pobreza ha crecido un 10%," dijo el sacerdote. "Ellos están esperando que las autoridades actúen en otras áreas, como la vivienda, la atención en salud y la creación de empleo."

Di Paola fue uno de los oradores invitados en la Cámara de Diputados durante el debate en diciembre sobre el proyecto de ley sobre el aborto. Allí, argumentó que la afirmación de los activistas pro-aborto sobre que la legalización del aborto beneficiaría a las personas empobrecidas, es falsa. "La mayoría de las personas pobres se oponen al aborto," dijo. "Pero el gobierno y los medios de comunicación no les permitieron expresar su opinión."

Fernández dijo que envió el proyecto de ley al Congreso debido a la promesa que hizo de hacerlo durante su campaña electoral de 2019. Di Paola llamó a ese argumento parcialmente inválido. “El ha estado diciendo que tomaria cartas en el asunto, pero la verdad es que, para la mayoría de la gente, el aborto no era una parte visible de su propuesta política," dijo el sacerdote.

Andrea Imbroglia, asesora técnica del equipo nacional de coordinación de Caritas Argentina, expresó ideas similares en la audiencia que tuvo lugar en la Cámara de Diputados. "El objetivo principal de Caritas es defender a los pobres," dijo a NCR. "Hicimos un esfuerzo en este debate por representar la voz de las mujeres pobres que atendemos todos los días."

Imbroglia dijo que la campaña a favor de la interrupción voluntaria del embarazo reforzó la idea de que las vidas de quienes experimentan pobreza son "prescindibles". 

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(CNS/Reuters/Martin Villar) / Imagen tomada del texto original

"La ley establece que cualquier mujer cuya vida está en peligro puede sufrir un aborto y nadie puede ponerlo en duda," dijo. "Sabemos que la salud de una mujer pobre está más en peligro que una mujer rica. Por lo tanto, consideramos que esta ley es discriminatoria hacia los pobres."

Bosio, la activista pro-aborto, dijo que las mujeres de clase trabajadora no les cuentan a los sacerdotes y miembros de las organizaciones Católicas sobre sus historias de aborto. Eso no significa que no hayan tenido  abortos, o que no hayan sufrido las consecuencias de procedimientos clandestinos, dijo. 

"Las Católicas por el Derecho a Decidir y otros grupos feministas también están presentes en los barrios y en provincias lejanas'', dijo Bosio. "Allí, nuestras compañeras escuchan muchas historias de mujeres empobrecidas que arriesgaron sus vidas sometiéndose a procedimientos ilegales."

Bosio dijo que a representantes de su organización se les había pedido que hablaran en las estaciones de radio de todo el país durante el debate sobre el proyecto de ley sobre el aborto. Incluso en provincias muy conservadoras, dijo, siempre hubo personas que se acercaron a ellas y contaron sus historias de sufrimiento. 

"Muchas mujeres nos dijeron que tuvieron que abandonar la iglesia debido a esas posturas morales patriarcales," dijo Bosio. "Al mismo tiempo, dicen que las inspiramos a sentirse Católicas de nuevo."

Ese fue precisamente el caso de la abogada Noelia Aisama, de 30 años. En 2010, quedó embarazada inesperadamente y los médicos de su ciudad natal, San Salvador de Jujuy, le dijeron que necesitaba abortar. "Nací con una enfermedad cardíaca y me dijeron que no sobreviviría a un embarazo ``, dijo a NCR.

Aisama dice que ha tenido una devoción especial a la Virgen María desde temprana edad, particularmente en momentos de angustia. "Pero no pude sentirme acompañada por la Iglesia durante ese momento en particular, porque la necesidad de abortar contradijo todo lo que me habían enseñado en el Catolicismo'', dijo.

Aisama fue a Buenos Aires con su madre para hacer pruebas adicionales. Mientras estaba en el hospital, un médico esperó hasta que las demás personas habían salido de la habitación y luego se acercó a ella. 

"Ella me preguntó si yo era creyente y si yo asistía a la iglesia y le dije que sí. Entonces me dijo: 'Si usted es Católica y sabe que está mal matar una vida, ¿por qué no  le dice a los médicos que continuará con su embarazo a pesar de los riesgos?'"

Esa charla tuvo un impacto psicológico profundo en Aisama: "Ya me sentía confundida y culpable, y entonces pensé que debía ser fuerte e interrumpir los procedimientos médicos." 

Su madre, también católica, le dio todo el apoyo que necesitaba en ese proceso, tratando de consolarla. Pero ella pensaba que debía priorizar mi salud," Aisama dijo.

Unos días después, terminó teniendo un aborto espontáneo. Cuando llegó al hospital, el personal médico la recibió con sospecha, pensando que la había provocado. "Me sentí violada de nuevo," dijo.

La falta de apoyo Católico durante un evento tan traumático hizo que Aisama se distanciara de la iglesia durante algunos años. “Nunca perdí mi fe, pero me fue difícil volver a misa'', dijo. 

En 2015, conoció a la organización Católicas para el Derecho a Decidir y les contó sobre lo que le había sucedido cinco años atrás. "Me sentí abrazada de nuevo y sentí que podía recuperar mi identidad Católica'', dijo. "Fue un momento muy liberador para mí."

Durante el acalorado debate de diciembre, no se había hablado de casos como Aisama, dijo Bosio. "La mayoría de los grupos pro-vida ... describen a las activistas por el derecho al aborto como mujeres sospechosas que quieren traer el caos social a Argentina", dijo. 

Bosio expresó que el objetivo del grupo es totalmente diferente. "Sólo queremos recuperar el mensaje de Jesús pues no podemos dejar a ninguna persona sola, incluidas las mujeres que se someten a un aborto.

Mallimaci, sociólogo, dijo que la Iglesia Católica en Argentina está actualmente en crisis. "Ahora es una institución que es incapaz de influir en la sociedad en distintas áreas''.

El profesor sugirió que la iglesia tiene dos caminos opuestos a considerar.  "Puede aliarse con los crecientes grupos evangélicos [conservadores] o elegir a la población empobrecida. Ahora se están gestando múltiples catolicismos en el país."


Eduardo Campos Lima

Eduardo Campos Lima es Periodista y Doctor en Literatura de la Universidad de Sao Paulo, Brasil. Entre 2016 y 2017, fue investigador invitado de Fulbright en la Universidad de Columbia. Su trabajo aparece en Reuters y en el periódico brasilero Folha de S. Paulo. 

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