TESTIMONIOS
Maria
“Confesarme siempre fue intimidante para mi. De niña fui abusada por un hombre y confesarme ante un hombre revivió el trauma de una forma muy incomoda. Tal vez que con una mujer, la experiencia de confesión hubiera sido muy liberadora”.
Juana
“Desearía que la Iglesia reconciliara sus ideales de amor y matrimonio con las realidades de las relaciones. La Iglesia me alentó a quedarme en un matrimonio violento, poniendo a mis hijos y a mí en riesgo. Ojala que alguien en mi parroquia me hubiera escuchado sin juzgarme”
Ximena
“La iglesia necesita crear espacios seguros para que las mujeres, especialmente las jóvenes, puedan hablar y preguntar libremente sobre su salud reproductiva. Evitar estas conversaciones promueve la desinformación y no nos permite comprender la sexualidad de forma sana y responsable. En muchos casos nos lleva a poner nuestra vida en peligro por evitar una vergüenza innecesaria".