Fallo en las recientes modificaciones al Código de Derecho Canónico: No corrigen la Ordenación de Mujeres como "crimen"

Para publicación inmediata: 01 de junio de 2021

Los cambios realizados el 1 de junio de 2021 por el Papa Francisco al Libro VI del Código de Derecho Canónico, que se refiere a conductas delictivas, ofensas y castigos, no corrigieron la caracterización errónea como "delito grave" que el seguimiento del llamado a la ordenación por parte de las mujeres posee. Aunque esto no es sorpresa, la revisión del canon 1379 es un doloroso recordatorio de la maquinaria patriarcal del Vaticano y sus prolongados intentos por subordinar a las mujeres.

En 2007, el Vaticano expidió un decreto en el que se determinaba la excomunión automática para quienes intentaran ordenar mujeres y, en 2010, el Papa Benedicto XVI clasificó el "intento de ordenación de una mujer" como uno de los "delitos más graves" en la Iglesia, volviéndolo equiparable a los crímenes de abuso sexual contra menores.

La constante misoginia del Vaticano no disminuye su poder de impactar y conmocionar a las personas de fe que sí pueden diferenciar que el abuso sexual contra menores es, en efecto, un crimen gravísimo, mientras que acudir al llamado de servir al Pueblo de Dios a través del sacerdocio como una vocación, no lo es.

En un momento en que el Papa Francisco ha convocado una segunda comisión para estudiar el diaconado de la mujer, lamentamos el reforzamiento de cualquier barrera que impida a las mujeres responder al llamado de las “órdenes sagradas”, como lo es el sacerdocio.

Si la Iglesia pretende sanar sus heridas de abuso, sabemos que los castigos canónicos por sí solos no serán suficientes, especialmente si el Vaticano prioriza la excomunión de las mujeres por encima de todo. La continua exclusión de las mujeres de las Órdenes Sagradas contribuye a la propia cultura de abuso que ha fallado y perjudicado a tantas personas.
Una iglesia sinodal exige la plena participación de las mujeres como compañeras iguales dentro del ministerio sacerdotal y nada menos que eso.